La piel tiende a deshidratarse en los días calurosos del verano, lo que la deja sensible y reseca. Sin embargo, mantener una rutina de hidratación puede ser desafiante cuando las temperaturas son muy elevadas, ya que muchas cremas corporales suelen tener texturas densas que dejan la piel con una sensación grasa y pesada.
Es esencial recordar que cuando sudamos, nuestra piel puede perder hasta 1800 mililitros de agua al día, junto con minerales esenciales para su salud y estructura. Además, la exposición a los rayos UV puede acelerar el envejecimiento prematuro de la piel, lo que puede resultar en la formación de arrugas profundas y manchas.
Para ayudar a la piel a mantenerse hidratada sin experimentar esa incómoda sensación de grasitud durante el verano, es fundamental optar por cremas de rápida absorción con texturas ligeras y fragancias refrescantes.
Además, es importante asegurarse de mantenerse bien hidratado bebiendo suficiente agua y consumiendo alimentos ricos en nutrientes que ayuden a mantener la piel hidratada desde el interior. Algunos ejemplos incluyen zanahorias y tomates (ricos en vitamina A), frutos secos (que contienen altos niveles de vitamina E) y cítricos (ricos en vitamina C).
Por último, no se debe olvidar aplicar protector solar antes de salir al sol para proteger la piel de los efectos dañinos de los rayos UV. De esta manera, el calor no será un obstáculo para que la piel luzca suave, tersa y bien hidratada.